En el año 1958, cuando se creó el “Colegio de Profesionales de la Ingeniera de Entre Ríos (CPIER) los técnicos Maestros Mayores de Obras, Técnicos Electromecánicos, Técnicos Químicos, entre otros, debieron matricularse en dicho Colegio, junto a arquitectos, ingenieros, agrimensores e ingenieros agrónomos.
Allí los matriculados Técnicos encontraron dificultades para que sus demandas sean atendidas y tampoco consiguieron apoyo expreso del CEPIER, como consecuencia de no tener injerencia institucional dentro del mismo, debido a que no podían estatutariamente ocupar cargos directivos, y también por divergencias en el campo laboral-profesional con profesiones del sector.
Tampoco tuvieron apoyo para la defensa del ejercicio profesional, en la aplicación de competencias e incumbencias de sus titulaciones profesionales en organismos del Estado, bancos, empresas públicas y privadas, lo que hizo que paulatinamente se encontraran debilitados en las relaciones institucionales internas del CPIER.
En el marco de esas relaciones institucionales internas y luchas políticas, apenas si consiguieron que el Directorio accediera a conformar un espacio para los técnicos mediante una resolución que creó el “Departamento de Técnicos”.
Este departamento, se constituyó sólo como una formalidad por cuanto las problemáticas del ejercicio profesional, educación técnica, y derechos de los profesionales técnicos, en su mayoría, no lograron ser atendidas política e institucionalmente, razón por la que los técnicos debieron salir más de una vez, SOLOS a reclamar públicamente por sus derechos.